l lobo crece y conquista nuevos territorios en Aragón. A la presencia reconocida por la administración de ejemplares en los Monegros y los Pirineos, procedentes de la población franco-itálica, se suma ahora el descubrimiento de otros al sur del Ebro, en las provincias de Zaragoza y Teruel, en este caso de origen ibérico, llegados desde las dos Castillas o desde La Rioja.
Así lo asegura la asociación conservacionista Lobo Aragón, según la cual se ha identificado genéticamente a dos hembras de la población ibérica. Otras fuentes, de técnicos relacionados con la conservación de la fauna, han corroborado este hecho. Las lobas, dicen, han sido captadas por las cámaras de fototrampeo y avistadas por agricultores y ganaderos de la provincia de Teruel. También se han observado en la de Zaragoza. Incluso se han recogido excrementos, analizados por los laboratorios de la Universidad Autónoma de Barcelona, que han podido determinar el origen ibérico de ambas.
Su presencia no es reconocida oficialmente por la DGA, pese a que desde hace tiempo se habla de lobos al sur del Ebro en círculos ecologistas y científicos, e incluso se recoge en informes técnicos de la consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente.
Este departamento ni confirma ni desmiente. «No se puede descartar que haya más ejemplares debido a la expansión natural de la especie pero donde se ha podido demostrar la presencia continuada del lobo son las localizaciones que ya se conocen Monegros, Ribagorza y Jacetania», señalan desde la consejería encabezada por Joaquín Olona.
La asociación Loboaragón afirma que en la Comunidad hay un número indeterminado, aunque solo se han identificado genéticamente cuatro. Dos machos de origen italiano y dos hembras de origen ibérico, a los que habría que sumar un quinto, todavía sin identificar, recientemente aparecido en la Jacetania.
Este es el último ejemplar reconocido oficialmente. Solo se confirmó tras el primer ataque a un rebaño en Sigüés, el pasado mes de agosto, aunque según los ecologistas era un hecho sabido desde hacía tres años. «Hay muchos más lobos de los que se reconocen y la administración no hace lo suficiente ni por proteger a la especie ni a los ganaderos», señaló entonces la asociación Loboaragón, que dijo haber informado en su día por cauces reglamentarios.
La ONG, que promueve la conservación de esta y otras especies, ha hecho pública ahora la presencia de las dos hembras al sur del Ebro. Su entrada, destaca, convierte a Aragón en «la única región administrativa europea donde se está documentando la presencia simultánea de ejemplares de lobos de la Península Ibérica y ejemplares procedentes de la población franco–italiana», un hecho biológico «singular e inédito, que debería ser objeto de atención».
La primera prueba de la reactivación de la especie en Aragón, ya que en realidad nunca llegó a desaparecer totalmente, data de marzo de 2017, en Pina de Ebro, a raíz de un ataque a ganado. Los análisis de los excrementos revelaron su origen: cruzó desde Cataluña, donde existe una población procedentes de los Alpes.
Meses después se descubrió por casualidad a un segundo lobo, con el mismo origen, al revisar las cámaras de fototrampeo instaladas en la Ribagorza para registrar el paso de la osa Sarousse. A diferencia del de Monegros, este pasa desapercibido. No consta ningún ataque a ovejas en todos estos años, ya que tiene abundantes presas salvajes.
Loboaragón ha pedido a la DGA herramientas ágiles para dar respuesta a este reto. «Las áreas donde se constató la presencia de las dos hembras quedaron fuera de la zonificación que permite el acceso a las ayudas públicas», señala. También la Fundación del Quebrantahuesos reclama a la DGA, a través de una iniciativa en las Cortes, una nueva orden que permita pagar daños del lobo, ya que la actual normativa solo establece indemnizaciones si son especies de fauna silvestre en peligro de extinción, y el lobo no cuenta con esa consideración, aunque desde el mes de septiembre está incluido en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial y se prohíbe su caza.