Las circunstancias que rodean la muerte del oso Cachou, presuntamente atacado por otro oso, han levantado todo tipo de suspicacias, y varias organizaciones naturalistas han exigido una investigación más exhaustiva para aclarar si podría haber sido envenenado. Alegan que era un animal «en plena juventud», tenía 6 años, y que el lugar donde apareció su cadáver y el estado que presentaba, sin señales evidentes de trifulca, hacen plantear dudas respecto de la hipótesis de que fuera atacado por otra bestia. Hace tres semanas que Cachou apareció muerto, qué le pasó?
Esto nos lo tendrá que decir la Universidad Autónoma de Barcelona, que es quien se encarga de hacer la necropsia. Nosotros hemos reclamado celeridad para tener una necropsia completa. Hace diez días, el Consejo General de Aran, basándose en un informe preliminar de los técnicos de veterinaria de la UAB, manifestó que la causa de la muerte había sido el ataque de otro oso y una caída por un barranco de 40 metros.
Dice que piden celeridad. A quién se refiere cuando habla de «nosotros»?
A Ipcena y a un colectivo de una veintena de entidades, entre las que hay de tan potentes como WWF y SEO Birdlife.
¿Tienen alguna teoría diferente de la de la pelea?
Lo que han explicado es imposible. En caso de una pelea entre huesos los daños observarían con mucha facilidad. Estamos hablando de huesos macho de más de 200 kilos. Si hubiera habido una pelea, se observarían marcas, sobre todo en la cara, para que se muerden y arañan. Además, nos dicen que habría caído por un barranco de cuarenta metros. Una masa de 200 kilos rodando por un barranco de cuarenta metros? Como mínimo habría roto alguna articulación. En cambio, los mismos agentes rurales que encontraron el oso mantienen que estaba en buen estado. Incluso la caja donde estaba el receptor de GPS para poderle hacer el seguimiento estaba prácticamente intacta. Han dado una versión inverosímil. Había que hacer precipitadamente un informe preliminar?
¿No hacía falta? Qué intencionalidad ve en explicar las conclusiones preliminares del informe?
Seguramente generar una opinión social respecto que no había causa humana en la muerte.
¿Sospechan que le envenenaron?
Es una de las hipótesis que vemos. Los técnicos que hemos consultado han descartado que pudiera ser atacado por otro oso, porque en poquísimas ocasiones un oso mata otro oso y, además, quedarían rastros del ataque. Las presuntas causas de muerte que se han dado no están avaladas técnicamente, no se sostienen.
¿Quién puede tener interés en envenenar un oso?
Para hacer determinadas afirmaciones hay que demostrarlas. Pero todo el mundo sabe que Cachou era un oso señalado. El año pasado, el síndico de Aran y el consejero Damià Calvet dijeron que este hueso debía retirarse del medio. Si un oso amenazado reiteradamente aparece muerto, se enciende la alarma. Es un efecto lógico.
Cachou tenía fama de conflictivo, como Goiat.
Una fama injusta. En 2018 el quisieron acusar de matar ocho yeguas y, en cambio, en 2019 sólo se le pudo acusar de matar a un potro. No puede haber cambios de conducta tan radicales en un periodo de tiempo tan corto. Los caballos también caen y mueren por enfermedades. A Cachou le atribuyeron una actitud sanguinaria y asesina con los rebaños de caballos. Y el caballo pirenaico es un animal que se sabe defender, que tiene una fuerza tan grande que, de una patada, le podría reventar la cabeza a un oso. El oso es carroñero, que haya huellas sus junto a un cadáver de animal no quiere decir que ese animal lo haya matado el oso. Es fácil atribuirle muertos, a un oso.
¿Sostiene que no hay motivos para temer los osos?
Varios países que supuestamente están entre los más civilizados del mundo, el caso de Canadá, Estados Unidos o Italia, tienen osos y conviven. En Asturias mismo, la gente y la ganadería conviven en territorios donde hay osos y lobos. En nuestro entorno hay muchos países que tienen osos, y no hay escándalos. Aquí, en cambio, se ha querido acusar el oso de males que no ha causado. Es una farsa decir que los huesos atacan las personas, al igual que es otra farsa querer hacer creer que los huesos desaparecieron de nuestras montañas. No han desaparecido nunca.
Los ganaderos sí que lo ven como una amenaza.
Para enfermedades y accidentes se mueren entre el 5 y el 7% de los animales de un rebaño; el ataque del oso representa un porcentaje insignificante sobre las bajas. Y, además, hay compensaciones y seguros. Se ha alimentado un discurso que dice que el oso es malo porque es una amenaza para algunos intereses, como la caza furtiva. Si no hay oso, el control sobre un territorio es menor.